PRIMERA PARTE
LECCIÓN 2
Le he dado a todo lo que veo en esta habitación (en esta calle, desde esta ventana, desde este lugar…) todo el significado que tiene para mí.
1. Los ejercicios que se deben llevar a cabo con esta idea son iguales a los de la primera lección. Comienza con las cosas que estén cerca de ti, y aplica la idea a cualquier cosa en la que tu mirada se pose. Extiende luego tu campo visual. Gira la cabeza de modo que puedas incluir lo que se encuentre a ambos lados de ti. Si es posible, da la vuelta y aplica la idea a lo que se encuentre detrás de ti. Sé tan imparcial como puedas al seleccionar los objetos a los que vas a aplicar la idea; no te concentres en nada en particular, ni trates de incluir todo lo que veas en una zona determinada, ya que eso causaría tensión.
2. Echa simplemente una rápida mirada a tu alrededor, tratando de evitar la selección de objetos en función de su tamaño, brillantez, color o material, o de la relativa importancia que tengan para ti. El simple hecho de ver un objeto lo convierte en tu selección. Trata de aplicar la idea con la misma facilidad a un cuerpo que a un botón, a una mosca que a un piso, a un brazo que a una manzana. El único criterio a seguir para aplicar la idea a algo es simplemente que tus ojos se hayan posado sobre ello. No trates de incluir nada en particular, pero asegúrate de no excluir nada deliberadamente.
Ayuda para la comprensión de la lección:
Mediante nuestros juicios, tendemos a incluir o excluir cosas, personas, situaciones, lugares… No comprendemos que no existen diferencias, excepto en la mente de quien las establece. Nuestro trabajo consiste en aprender a aceptarlo todo por igual, puesto que todo es lo mismo: partes fragmentadas de la unidad... piezas de un puzzle. ¿Cuándo cobra significado el puzzle?: únicamente cuando está completo.
Nada de lo que vemos a través de nuestros ojos tiene significado alguno, las formas no hacen más que ocultar la luz, es la ilusión que nos muestran nuestros sentidos corporales, la creencia en algo separado, diferente del resto.
Por separado, nada tiene sentido. Pero cuando aprendemos que detrás de cada forma que perciben nuestros ojos se encuentra el amor de Dios, la luz que todo lo envuelve, todo cobra un nuevo significado.
La práctica nos conduce a ver cualquier persona, objeto, evento o situación con la misma disposición mental: detrás de la forma, se halla el amor de Dios. No nos dejaremos engañar por la apariencia.
LECCIÓN 2
Le he dado a todo lo que veo en esta habitación (en esta calle, desde esta ventana, desde este lugar…) todo el significado que tiene para mí.
1. Los ejercicios que se deben llevar a cabo con esta idea son iguales a los de la primera lección. Comienza con las cosas que estén cerca de ti, y aplica la idea a cualquier cosa en la que tu mirada se pose. Extiende luego tu campo visual. Gira la cabeza de modo que puedas incluir lo que se encuentre a ambos lados de ti. Si es posible, da la vuelta y aplica la idea a lo que se encuentre detrás de ti. Sé tan imparcial como puedas al seleccionar los objetos a los que vas a aplicar la idea; no te concentres en nada en particular, ni trates de incluir todo lo que veas en una zona determinada, ya que eso causaría tensión.
2. Echa simplemente una rápida mirada a tu alrededor, tratando de evitar la selección de objetos en función de su tamaño, brillantez, color o material, o de la relativa importancia que tengan para ti. El simple hecho de ver un objeto lo convierte en tu selección. Trata de aplicar la idea con la misma facilidad a un cuerpo que a un botón, a una mosca que a un piso, a un brazo que a una manzana. El único criterio a seguir para aplicar la idea a algo es simplemente que tus ojos se hayan posado sobre ello. No trates de incluir nada en particular, pero asegúrate de no excluir nada deliberadamente.
Ayuda para la comprensión de la lección:
Mediante nuestros juicios, tendemos a incluir o excluir cosas, personas, situaciones, lugares… No comprendemos que no existen diferencias, excepto en la mente de quien las establece. Nuestro trabajo consiste en aprender a aceptarlo todo por igual, puesto que todo es lo mismo: partes fragmentadas de la unidad... piezas de un puzzle. ¿Cuándo cobra significado el puzzle?: únicamente cuando está completo.
Nada de lo que vemos a través de nuestros ojos tiene significado alguno, las formas no hacen más que ocultar la luz, es la ilusión que nos muestran nuestros sentidos corporales, la creencia en algo separado, diferente del resto.
Por separado, nada tiene sentido. Pero cuando aprendemos que detrás de cada forma que perciben nuestros ojos se encuentra el amor de Dios, la luz que todo lo envuelve, todo cobra un nuevo significado.
La práctica nos conduce a ver cualquier persona, objeto, evento o situación con la misma disposición mental: detrás de la forma, se halla el amor de Dios. No nos dejaremos engañar por la apariencia.