¿Qué te
rodea? Sea lo que sea, ejerce un poderoso efecto sobre tu estado emocional. Piensa
acerca de esas películas que ves, donde el héroe se encuentra en una situación
difícil y exclama: "¡Estamos
rodeados!" ¿Cómo te sientes en ese momento?
Lo más
probable es que te experimentes a ti mismo rodeado por diversas formas que
están ocupando tu espacio físico. Probablemente haya muebles a tu alrededor, un
suelo bajo tus pies o un techo sobre tu cabeza.
¿Qué más
se puede ver como “lo que te rodea”? Una
vez que te veas rodeado por las formas físicas en un espacio físico, estás
automáticamente en una situación precaria. Porque, ¿quién sabe lo que esas
formas pueden hacer? Podrían dejar de funcionar correctamente. Podrían dañarse.
Más importante aún, te podrían dañar a ti. Esas formas que llamamos cuerpos, los que se mueven a tu alrededor
y tienen una voluntad propia, poseen su particular forma de hacer las cosas, diferente
a la tuya. Por esta razón, siempre te mantienes en guardia.
Sin
embargo, ¿qué pasaría si estos no fueran los alrededores de verdad? Hay una lección en el curso que dice: “El Amor de Dios me rodea” (lección 264).
El párrafo que sigue a esta lección afirma que el espacio no es más que "una creencia sin sentido" ¿Por qué?
Dice el texto: "Pues lo que rodea a
Tu Hijo y lo mantiene a salvo es el Amor Mismo."
Basta con
pensar en eso por un instante. Imagina que, en lugar de espacio, estás rodeado
por el Amor. Imagina que, incluso cuando tu cuerpo está rodeado de formas, estás
viviendo en un mundo de puro amor. Imagina andar durante el día sintiendo que,
independientemente de lo que suceda en ese entorno físico, tu entorno real es
el amor.
Si
realmente creyeras que, ahora mismo, estás literalmente rodeado por el Amor, y
que eso es más real que estar rodeado de espacio físico, ¿cómo te sentirías?
Fuente: circleofa.org